lunes, 7 de febrero de 2011

El grito de una sociedad enferma

Los pobres como clase, en este tiempo revolucionario, tenemos que luchar contra las fuerzas que se oponen al cambio; y en paralelo crear o proponer, la otra cultura.

Por ejemplo, el grito de una sociedad enferma está reflejado en el hip hop, con sus tremendas letras (me refiero al hip hop que se entiende en el cambio que asume su grito, desde el saberse jodido; no el hip hop chatarra que se vende por lo que sea), porque el tipo está diciendo, mira como me escoñetaron la vida, ahora, él no sabe quién se la desbarató, él cree que fue dios, la mamá, el papá, pero no se ubicó, en aquel momento, en pensar que hay un sistema que lo volvió trizas (porque la conciencia primero se manifiesta por lo que se siente, de ahí el grito, luego se transforma, en la medida en que se descubre, dolor colectivo) es después de trajinar su grito que descubre que no es su grito, sino el grito de todos, el grito de toda la sociedad pobre, pero tú no puedes convertir toda esa basura, todo ese grito, en lavar la cara del sistema y decir que bello es ese grito. Ese grito no es bello, porque no puede ser bello el dolor, el hambre, la carencia en general, las frustraciones, el abandono, como no fueron bellos los gritos del rock en los cordones industriales de Inglaterra, Estados Unidos, ni el blues, ni el jazz, ni el tango, ni el bolero, ni la ranchera, ni el pasaje, ni el vallenato; ni toda otra expresión artística, nacida de las carencias y la tragedia; claro, que una parte del grito se aliena y se vende y la que no, es perseguida y sometida por distintos medios; como la expresión del jipismo, que fue llenada de drogas y uno de sus máximos exponentes, John Lennon, fue asesinado por la CIA; porque definitivamente el tipo había cruzado el umbral de lo farandulérico; para convertir el grito (el dolor) en conciencia, y eso no lo podía permitir el poder, porque la verdad, le es corrosiva, atenta contra sus planes.

Pero como “los pobres también somos arte” dentro de nuestra tragedia, sobran los carajos que vivan de nosotros, es esa cantidad de cantores que cantando una vaina, que llaman la canción necesaria o protesta, o revolucionaria, los ves exigiendo que los reconozcan, al igual que los extranjeros en vez de pedir que los extranjeros, vengan de gratis, en condiciones sencillas, a cantar, a compartir la experiencia maravillosa de vivir una revolución, (no por ello agradable) pero en vez de hacer esto, su falta de conciencia y la exaltación de sus egos, los convierte en pedigüeños, y piden lo mismo que exigen los extranjeros. Entonces ese grito no es real, es ficticio, es sospechoso, es copia, es panfleto, y con él traficas, para vivir de eso. Esa es la misma conducta del traficante de drogas, el vendedor de armas, el falsificador de títulos “profesionales”, o el que lo emite por vía académica que es decir lo mismo, porque estás traficando con la más rancia miseria, y hay gente que confía en la palabra, que estas emitiendo y por tanto también confía en quien la emite.

Ahora bien, si se critica esa conducta, entonces es condenado quien critica, pero es la realidad, la que está diciendo: si un carajo que canta, baila, pinta, escribe, de revolución, cobra, igual que el que promueve la propaganda comercial, ¿qué lo hace diferente a los modelos que promueven la cultura capitalista? Esas son discusiones que debemos promover. Hay un grito que se enajena y te enajena, hay una gran industria que vive del dolor, lo han hecho con el pasaje llanero, con la ranchera, con el tango, con el bolero, con el vallenato, además reproduce ese llorerío, ese despecho: que me botaste, que me dejaste, que estoy sin trabajo, que estoy jodido; porque es una canción, que te toca la nostalgia que cargas en el cuerpo. Esa es una parte, pero la industria también sabe apropiarse, de Calle Trece o Silvio Rodríguez o el hip hop.

Hay gente que desenvolviéndose en ese mundo del arte del sonido, cree que desarrollando toda la cadena productiva, él resolverá algo, por ejemplo, produce disco, tiene una radio, distribuye, canta y tiene una agencia de espectáculos, aquí hay un ciclo, ahí el pasaría a ser un centro de información, pero resulta que a la larga, esos que hacen esa tarea, tienen que comer, vestir, cumplir con el ciclo de consumo, tienen que empezar a vender, no les queda de otra, porque los tipos, no están conectados a otro nivel de la producción, inocentemente empiezan a reproducir, tú tienes que ser albañil, tú tienes que ser carpintero, tú tienes que vivir de algo, (lo que decían ayer del poeta, ¡ah! el es poeta, ¿y de qué vive?) porque en aquel momento, en que tú inviertes en la industria, ya te volviste la puta de la partida, porque si tú no estás sembrando, tú no estás pegando bloque, tú no estás haciendo herrería; si tú no estás haciendo lo que tienes que hacer, tienes que convertir el canto-grito en una industria, de la que pasas a vivir, y por tanto tienes que maquillarlo, y ponerle faralaitos y operarle las costillas y las tetas, para que se vea bonito, de acuerdo con el mercado.

Nosotros somos ego, fuimos construidos como ego, puede ser que tengamos un nivel de conciencia. En las discusiones que hemos tenido, decidimos no voy a cobrar por esa mierda, yo no voy a vender el grito, ahora voy hacer otra mierda, me voy a convertir en un activista político desde el grito mismo. Hay gente que lo ha hecho originalmente, tenemos el caso de Alí Primera. Pero cuando tenemos al grito o expresión artística como el objetivo, si uno ve eso como un objetivo, entonces estamos jodidos, por ejemplo, el rap no es el objetivo, el rap es la herramienta, el objetivo es otro. Bueno voy a concluir la idea: ¿Cómo resolver un problema que nos quita el tiempo que jode?, porque la gente puede saber mucho de política, pero la gente no te para bolas, si no tiene con que comer. Hay una vía, que a mi me parece, que nosotros nunca hemos tocado, que es que colectivamente, podemos producir para comer, lo puedes hacer y que te de tiempo para hacer la labor política, claro, que para esa vaina, tenemos que llegar a una convicción, que el zapato que cargues, que la ropa que te pongas, no puede ser determinado por la marca de moda, que sea sólo para cubrirte, porque la sociedad te exige esa convención social, eso evitaría trabajar tanto y mejor aun, se puede hacer colectivamente. Hacer ese experimento, la posibilidad de ser muy elemental, muy sencillo, nos reduce las horas de trabajo, entonces esas horas, que decidiste como cuerpo, no entregárselas al capitalismo se las dedicas a ese actuar político, a la guerra, (porque nos obligan a guerrear), estamos en una guerra de clase. La gente vive en el capitalismo, en el capitalismo no puedes hacer guerra sin cuartel, tienes que tenerlo. Imagínate, un gentío consciente, con cuarteles en todo el país; investigando, experimentando, propagando el grito, desde el arte como herramienta.

Verga, ayúdame a pensar

Coño!!! estoy pensando seriamente que no se me dan los trabajos porque en el fondo no quiero trabajar, digo sí quiero trabajar pero de otra forma, también descubrí que me gusta estar en casa, cuidar a los chamos, llevarlos al colegio, to esa vaina, también descubrí que no quiero pasá esa angustia de ¿dónde dejo a los chamos?, los chamos todo el día con otros, que no los veo, que coño, que el peo, que el pato, que la guacharaca. También descubrí que no quiero anda turquiando, y en ese sub mundo de avon y su combo. Verga, ayúdame a pensar, ¿qué puedo hacer? porque igual con algún trabajo coñoemadre que consiga no voy a resolvé el peo, sin embargo, si voy a tené más peo ¿o tú crees que la opción es joderme en un trabajo pa pode resolvé lo otro? ¿qué dices?”

A. Sánchez


No es posible la otra cultura sin que se creen los mecanismos, formas, espacios, condiciones, en donde las mujeres proletarias, con nosotros sus iguales proletarios discutamos, pensemos, amasemos, construyamos la nueva cultura a la imagen de sueños y semejanzas que en conjunto decidamos.

Las mujeres son las que han hecho posible la perpetuación del capitalismo y los antiguos modos de producción al conservar los afectos, reproducir la familia célula fundamental de la explotación en cualquiera de sus formas; y por encima de todas las cosas donarle al capitalismo la mitad de la plusvalía acumulada en tragedia contra todos.

Pero eso no lo pensaron las mujeres, les fue impuesto por como se desarrolló la historia de la humanidad inicialmente y luego por la necesidad de las clases dominantes (en cada contexto histórico) que desarrollaron la ideología de la inferioridad no sólo contra las mujeres sino contra todo aquello que les sirviera para ser explotado o explotada, puede conseguirse expresión de esto en la literatura de todo tipo por ejemplo “La naturaleza debe ser sometida y moldeada por el hombre a su libre albedrío para su mejor aprovechamiento y beneficio”,” todo lo existente fue puesto para que el hombre lo sometiera y conquistara en nombre de Dios primero y de los poderosos después” lo último es la ironía de la verdad, “los esclavos no son gente, ni los indios, ni los bárbaros, ni los extranjeros”. “Las mujeres no tienen alma”. “La mujer es hija del diablo y su deber es sufrir para expiar el pecado original”, “son inferiores porque fueron sacadas de una costilla”. Así como esas, existe una gran cantidad de principios ideológicos que se remachan en dichos refranes, tratados académicos, religiosos, científicos, artísticos, literarios; que han fortalecido la cultura del sometimiento, en todos los tiempos hasta ahora ocurridos.

Esta revolución que nos acontece obligará a las mujeres a pensarse y a pensarnos con ellas y los hombres también debemos pensar y pensarnos con ellas, sin que priven antiguos o nuevos prejuicios, estamos obligados a crear un mundo productivo que nos incluya a todos, por tanto no discriminatorio, pero no basta con nombrarlo socialismo, es necesario el acto práctico, tampoco se soluciona con un decreto o con una ley o unas leyes si no son costumbre en el cuerpo colectivo; si antes no se experimenta y la costumbre nos muestra su viabilidad.

Las revoluciones, todas las ocurridas, son hijas de la necesidad, pero toda nueva sociedad es producto de la conciencia, el socialismo como cultura no será distinto, él también ha de ser producto de la conciencia, ninguna ideología le hará posible, para ello se hace necesario que las mujeres jueguen un papel preponderante, necesario es que se deje a un lado la malsana idea de pobrecita las mujeres, y de que necesitamos leyes para proteger sus derechos, cuando lo que hace falta es que se incorporen masivamente a la creación maravillosa del socialismo y eso no se logra buscando satisfacer las necesidades creadas por el capitalismo, solicitando más trabajo o igualar a los hombres en los puestos de trabajo, ¿qué de revolucionario tiene luchar por ser igual esclavo que los hombres?, ¿qué de revolucionario tiene, ser tres veces esclavo, tal y como lo ha sido la mujer en la historia moderna de la explotación?

Sólo quienes viven de los gremios le hacen creer a las mujeres que tienen derechos en el capitalismo y las utilizan para crear y perpetuar leyes que sólo sirven a los intereses de los vividores y vividoras de los gremios y por tanto mantienen intacta la explotación capitalista y la separación de los proletarios por géneros que en nada nos benefician.

Todas las proletarias y las mujeres conscientes de otras clases están (al igual que los hombres de la misma característica) obligadas a producir y practicar la política que nos conduzca al entierro definitivo del capitalismo, para que se piense en otra sociedad en donde por igual trabajemos y entreguemos los afecto a los hijos y al planeta en su conjunto, valorando y valorándonos en los otros y a los otros.

Sudores y tierras en donde todos habitamos

A las personas que estén dispuestas a separarse del capitalismo, les hacemos llegar estas angustias, no terminadas, la mayoría son interrogantes nacidas de estos sudores y estas tierras que son sudores y tierras en donde todos habitamos.

¿Cómo comeremos en el socialismo, cómo haremos casas, cómo serán las casas, si las del capitalismo son unifamiliares y de acuerdo con la cantidad de robo de cada quien, su arquitectura individualizada? ¿Cómo trabajaremos, cómo haremos el amor, de dónde nos vendrá la comida, qué herramientas usaremos, en qué territorio se construirá el socialismo, lo invadiremos, mataremos, sostendremos ejércitos, mantendremos iglesias, para perpetuar el miedo, remacharemos las organizaciones actuales o dejaremos que las necesarias nazcan frescas, en base a las necesidades, qué conocimientos impulsaremos, cómo los adquiriremos, cómo los transmitiremos, será compleja o simple la nueva sociedad, el arte que nacerá será a partir de la carencia, como el actual, o dejaremos que se manifieste a partir de la satisfacción, sostendremos los museos del crimen y el robo, como en la actualidad o sólo perpetuaremos la vida saludable, dependerá de los grandes laboratorios o dependerá del conocimiento que todos tengamos del cuerpo, no sólo como forma de vida, sino en conjunción con otras formas de vida. Cómo nos divertiremos en la otra cultura, igual competiremos, hasta cargarnos de drogas, unos jugarán y otros seremos fanáticos, o todos jugaremos, o unos vivirán de la esclavitud de los atletas, los frustrados, los exitosos o todos seremos atletas, sin competencia. El deporte seguirá siendo la mina de quienes esclavizan adultos y niños, en nombre de la patria, o sólo seremos jugadores por placer, el deporte seguirá siendo un botiquín, donde se venderán tantas drogas como hoy, o será el sitio donde el cuerpo a conciencia se divierte. El arte será una mercancía, al igual que las chinchurrias, que deberá promoverse como espectáculo, o será la comunión de una cultura, que se junta para satisfacerse afectivamente, los artistas se venderán como actual o compartirán al igual que los demás, luego del trabajo o en medio del trabajo, el trabajo se realizará en fábricas de particulares, serán necesarias las fábricas tal y como las sufrimos hoy, se cambiarán, mantendrán su anarquía productiva, o se planificará la producción, las mujeres discutirán que modes usar, o seguirán sometidas a la esclavitud de los vendedores, fabricarán sus propias máscaras, o seguirán sosteniendo a los fabricantes de cosméticos, en una sociedad que valore al todo, las personas de cualquier sexo necesitarán máscaras o uniformes de moda, para poder venderse, diseñarán su propio vestido al igual que los hombres, o seguiremos siendo esclavos de los fabricantes, seguiremos haciendo ropas de plástico, o fabricaremos ropas con materiales adecuados al clima y la geografía?

Son interrogantes, que deseamos conversar en el marco de los distintos encuentros que nos hacen ignorares, son interrogantes que requieren de otro verbo, otra mirada y otro abrazo, que se parezca o refleje el nosotros, son angustias que requieren el valor de desprendernos del lenguaje poderoso que nos impuso el invasor de este planeta, desde sus púlpitos, caballos, espadas, bombas atómicas y academias universitarias o no.

La conversación que hoy proponemos a todos los preocupados por lo que ocurre, no está signada por dogmas o clichés mal o bien aprendidos. Es la desnudes de la conciencia, la desazón por lo mirado y vivido, la que nos impele al encuentro sin traumas.

Son ignorares que requieren de otra manera de hablar y de encontrarnos, de acentuarnos, sentarnos y enraizarnos. Son preguntas que sólo lo afectivo puede responder desde el adentro, desde la cultura interior, no tocada por la cultura capitalista.

Todo ello posible siempre y cuando se reúna como fuerza, como energía, transmutándose en conciencia que permita diseñar la otra cultura, la que haga posible, los juntos, dejando para siempre lo individual, engendrado en quince mil años de poder.

El socialismo de paja y barro

Debemos pensar que la cultura socialista nos llevará por un camino en donde la recuperación de los ríos sea práctica cotidiana, por que esa cultura nos obligaría a sembrar la caña brava, por que no puedes deteriorar un río y después irte y dejar esa mierda escoñetada, como ha ocurrido ahora con el capitalismo; así entendemos la idea del socialismo, esa idea que soñamos posible físicamente en el futuro, porque nosotros no vamos a vivir el socialismo, de verdad no vamos a estar, en eso que sería la cultura del socialismo. La que imaginamos en una primera etapa, como reconstructora de ríos; por otro lado, del lado natural, nuestro papel histórico ha sido depredador, pero nosotros podemos dejar de ser depredadores y pasar a ser controladores naturales en el futuro, cuando dejemos de ser egoindividualistas y nos convirtamos por medio del trabajo colectivo, en los juntos que se valoran desde el otro, como especie, colectivamente renovable en el tiempo.

Nosotros podemos proteger un río, reconstruir ríos. Por ejemplo en Venezuela, tenemos, desde la llegada de los españoles hasta ahorita, la desaparición de dos mil ríos, de los cuales setecientos eran navegables. Para reconstruir este país haría falta la cultura del barro, porque la cultura del barro nos llevaría a resembrar las cabeceras de los ríos, a crear culturas que vivan alrededor de los ríos, que aprendan no a comerse, desviar o contaminar los ríos, (como en la cultura capitalista) sino a convivir con ellos, se deben crear espacios o laboratorios para el estudio de los ríos, la caña brava, el bambú y su comportamiento en el paisaje y como el paisaje, al igual que otras maderas y pajas renovables, sus usos; crear comidas que tengan que ver con esa cosmogonía, que incluye de manera noble y natural al río, su ribera, la caña brava, el barro, el bambú y todo aquello que no dañe las condiciones que hacen posible nuestra existencia, (porque en definitiva no se trata del planeta o del universo ellos siempre estarán allí como parte de la vida, mucho después que nosotros desaparezcamos como especie. Que una especie tan estúpida como nosotros no forme parte de la vida, en absoluto desequilibra al planeta, mucho menos al universo) Tendría que crear vestidos adaptados al trópico, (toda esa ropa que nosotros usamos es contraria a nuestro modo de ser) nosotros tenemos que usar ropa que tengan que ver con el algodón, incluso, ropa que tengan que ver con la palma, vestidos de palma, de paja y otras fibras naturales del trópico, puede que también, no se use ropa o se use ropa ligera, eso pasaría porque la gente cambiara de mentalidad, eliminara la propiedad sobre las personas, los objetos y en general sobre todo lo existente. Las casas se harían no para ser heredadas, sino en función de la vida y el menor costo energético, al igual que todas las demás cosas.

La gente debe pensarse armónicamente con el todo. Nada de lo construible, debe estar fuera de lo estimable necesario.

Hasta que la especie no actúe por la conciencia; la necesidad nos mantendrá esclavizados.

La otra casa

Cuando ves todas las casas que se han hecho en la cultura capitalista con su carga de miedo, de hambre, de ignorancia, de rabia, de odio, sean estas las de los ricos hechas por los pobres, sean las de la clase media, hecha por los pobres, o sean los ranchos donde vivimos los pobres, también hechos por los pobres; son casas con secretos, con seguridades, casas privadas, casas de y para el sostén de la cultura capitalista, la competencia, la acumulación, la formación del individuo, en los valores capitalistas; de explotar o dejarse explotar, en fin, casas para reproducir a su célula fundamental, la familia.

Si de algo estamos seguros es que la casa en el socialismo no debe ser eterna, debe variar, adaptarse siempre a las nuevas generaciones, debe ser derrumbada o desaparecer, cuando así lo desee naturalmente la gente o cuando ya la gente no esté, eso nos indica que los materiales deben ser fácilmente desmontables y precederos en el tiempo; sin convertirse en estorbo o contaminante; su elaboración, extremadamente sencilla, en donde deben participar, desde las niñas, hasta los ancianos.

En su construcción debe participar toda la comunidad, no puede ser individual, debe ser colectiva, respondiendo a la comodidad, salubridad, bienestar; no puede ser gallinero, para estar montados unos encima de otros, no puede ser vendible, ni comprable, porque se considera un bien colectivo.

Vamos a estudiar las cosas. En las grandes ciudades o a las orillas de las autopistas, usted ve unas hermosas construcciones, de barro madera y paja y usted entra y son agradables, frescas, suaves a la vista, no agreden como las construcciones de cemento y a su alrededor unos camionetones, unos carros, que cuestan un ojo de la cara, son de personas con dinero, que están comiendo y bebiendo cómodamente, pero resulta que usted no puede hacer una casa de barro, con techo de paja, porque enseguida, lo catalogan de rancho miserable. En el trópico estamos obligados, por razones energéticas, estéticas, de salud, clima, economía, ecología, a pensar las casas; en el trópico las casas tienen que ser de barro, paja y madera, con el cemento y la piedra en lo necesario; donde no haga daño; cualquiera dirá, pero es que el barro y la paja traen y alojan animales e insectos dañinos, se caen con los terremotos, el agua las daña fácilmente, todos son argumentos valederos y tienen razón, en tanto que eso corresponde a una condición miserable de la construcción, pero veamos ¿Cómo es que los ricos pueden comer cómodamente en esos sitios, y no los dañan los insectos y los animales? Simple; la razón: lo bien construidas que están, se estudió la luz, el paso de los vientos y las protecciones contra insectos, en los lugares necesarios se hizo un buen replanteo del terreno, se hicieron los desagües correspondiente, se ampliaron los corredores. ¡Que se caen con los terremotos! ¿y los edificios y la cantidad de urbanizaciones y barrios de hierro, vidrio y cemento que se destruyen con la ya consabida cantidad de muertos y heridos en las grandes ciudades? Si contabilizamos los muertos producidos por uno y otro modelo, creemos que el premio mayor se lo lleva la construcción y arquitectura de la cultura capitalista. En la arquitectura socialista se debe tomar en cuenta el tamaño de las construcciones, una casa de adobe como las de Tinaquillo, Valencia, Caracas, hechas en la época de la colonia, unos monstruos, con unas paredes que se hicieron para la guerra, entonces necesitaban una pared que no le entrara una bala de cañón y los volara. Por supuesto que una casa hecha con esos miedos, primero es muy cara, es imposible de construir sin esclavos y cualquier movimiento sísmico la destruye, eso es obvio, como destruye cualquier edificio, y claro, se te cae un techo de tejas muy pesado, obviamente que te va a matar igual que te cae una platabanda encima; en cambio es más difícil que te joda la vida un techo de paja, una pared de abobe, con el diseño que hemos hecho, aunque debe profundizarse el estudio sobre el comportamiento del barro y desarrollar tecnologías para su procesamiento de manera sencilla. Esos datos que niegan la posibilidad de trabajar estos materiales y esa arquitectura, están signados en las mayorías; por el hambre, el miedo y la ignorancia; pero en los dueños por la mera ganancia. El barro no produce plata si está en manos colectivas.

En el socialismo, debemos prepararnos para convivir con la naturaleza, siendo y considerándonos parte de ella; el movimiento sísmico no hay ningún problema ¿Quién puede pelear contra un sismo? lo único que puedes es minimizar los daños que te causará, un maremoto, un huracán, una vaguada, un desborde de río, ¿Cómo evitarlo? estudiando, tomando conciencia que no puedes pelear contra la naturaleza; tú tienes que adaptarte a la naturaleza, por que la naturaleza no es tuya, eres parte de ella, eres ella, tú no tienes por que pelear contra ella, por ejemplo si en esta zona pasa un río y decidimos construir en sus orillas entonces debemos estudiar de dónde viene ese río, cuántos años tiene, por dónde pasaba antes, los ciclos de sus crecientes; para poder radicarte o realizar las labores que has pensado; de esa manera, evitas todas esas tragedias que por ambición ha creado y produce diariamente la cultura capitalista. Ahí tienes el Golfo de México, China, Paquistán, Haití, la vaguada de Vargas, las constantes tragedias, ocurridas todos los años, en los barrios de las grandes ciudades o en los campo del país, todo eso se pudo haber evitado (no los movimientos naturales, sino los asentamientos) si viviéramos en una cultura que acepte a la naturaleza como lo fundamental.

Lo que el poder ha construido hasta ahora, está sostenido sobre un modo de producción esclavo, donde la energía gastada no le pertenece, por tanto no la valora; es un modo de producción, que por su característica es depredador, es invasor, es sometedor; un modo de producción que acabó con la Biosfera, la Litosfera y contaminó la atmósfera.

La concepción humanista de que el planeta nos pertenece y por tanto debemos dominarlo, de que somos una especie exógena a la naturaleza, la creencia de que la vida sólo es si estamos nosotros, todos esas ideas que superponen a los seres humanos sobre todas las demás especies, es un estado de inconsciencia que debe ser trascendido, es imposible crear un modelo de producción distinto al que actualmente conocemos si primero no nos asumimos parte de un sistema, que se llama vida, que pertenecemos a y no que somos dueños de, partiendo de esa lógica, la construcción de una casa ya no sería un problema a resolver sino la resultante de un pensamiento, que comprende que el diseño de la misma debe ser la continuación de la vida en un planeta.

Y dónde me queda la tierra para echar raíces

Hasta que la especie no actúe por la conciencia, la necesidad nos mantendrá esclavizados


Uno no puede vivir pegado al mar, porque no sabe en que momento se produce un maremoto, un ciclón, un huracán; así mismo pasa con las orillas de ríos, las montañas. La gente sabe que ahí no se puede vivir, por eso hacían las casas alejadas de esos sitios, ninguna cultura natural (que no haya nacido de la guerra) construyó casa fuera de la lógica natural; pero la cultura capitalista, el poder, la guerra, la ambición, no lo saben, ni les interesa saberlo, simple y llanamente se cogen a punta de machete y bomba atómica todo lo que consiguen a su paso y a quien se le oponga, le vuelan la cabeza. Esa ha sido la historia en el territorio venezolano; de manera que hoy estamos millones de seres, arrinconados, en barrios de las periferias de las ciudades, en los copitos de las montañas, destruyendo los pocos acuíferos de agua dulce, o en las orillas de carreteras y autopistas; mientras que la vista se nos pierde extasiada, en la soledad de la tierra con un solo dueño.

Los pobres somos una isla rodeados de tierras por todas partes, sin tener siquiera seguro el pedacito donde descansar definitivamente.

Nosotros debemos ir dando conversas sobre todos esos hechos, debemos preguntarnos ¿Quiénes éramos, de dónde veníamos y cómo se nos cortó de raíz? ¿Cuándo nos cortaron nuestras raíces? ¿Por qué cada uno de nosotros tiene un descendiente andino, oriental o llanero? ¿Por qué, cada uno de nosotros que vive en Caracas o las grandes ciudades, tiene a alguien que viene de un pueblo, esa es la historia que cada quien tiene en su pasado como pobre, es nuestra historia, es la historia de los sacados por los terratenientes, por el taladro petrolero, el que estableció cercas de ciclón por primera vez, los que construyeron pueblos mineros, sin tomar en cuenta lo que dañaban, sólo les interesaba la riqueza, lo demás no le importaba, porque además odiaban y odian este territorio, ellos no eran de aquí y en nombre de la plata, nos impusieron su cultura, hasta los nombres y apellidos nos cambiaron, nos cambiaron la decencia, por la trampa, el saqueo, el robo y el crimen, que trajeron de sus lejanas tierras, la humildad por la prepotencia del ignorante con plata, la sensatez por la ordinariez, lo comedido por la prosistura, la chabacanería y el machismo; hasta que nosotros, hoy como pobres, imitamos todas las malas costumbres, que nos llegaron del extranjero y se nos remacha por los medios de información, con el inmenso mal gusto, que allí se refleja y que nosotros, como esponjas, absorbemos; al final también terminamos odiando donde vivíamos, su arquitectura, su comida, su paisaje, sus habitantes, sus árboles y animales, nos volvimos extranjeros en el territorio que nos vio nacer. Nos enseñaron a ser delincuentes contra nosotros mismos.

Vivimos en un extraño país atomizado, negros viviendo en puntos donde no eran de negros, andinos viviendo en puntos que no eran de andinos, llaneros viviendo en puntos que no eran de llaneros; había un cruce de cultura, que más que quererse, se odiaban, se vacilaban entre si, se generaban piques (en medio de toda esta vaina, a partir de los setenta, el país se llenó de pino y grama en los jardines, para aparentar ser extranjeros de verdad, eso lo hicieron los ricos, si no la clase media y uno que otro pobre pendejo, que en sus delirios demagógicos, el gobierno de turno, les había regalado una casa) Como pueblo, nos fuimos odiando y eso en alguna medida lo alimentaron los ricos, a través de los medios de información, y generaron en los programas humorísticos, todo eso de joder al maracucho, al andino, al barloventeño, al oriental, a los llaneros, a los guaros; a los coreanos, a los negros, a los indios, a cada uno nos jodieron, que ese es bruto, este es ladrón, el otro es gafo, el otro es feo, el de allá es salío; nos estereotiparon, nos dividieron y nos escoñetaron; por eso debemos preguntarnos, sobre esos hechos, en donde la clase media, sólo esperaba que la burguesía vendiera el país al mejor postor y le diera su migaja, para irse a vivir a Miami.

Esa era la propaganda que se dejaba colar, porque este país y que era una mierda, que el Estado no servía, que la industria básica, la petrolera, la CANTV y cuanta vaina costara una plata, había que venderla; hasta tenían armada una propuesta, de Venezuela, como franquicia turística.

Hoy en medio de esta revolución los pobres en cada punto, cada caserío debemos averiguar qué decían, cómo hablaban, los que se quedaron, los que tienen algo que contarnos, los que todavía tocan un tambor, un cuatro y no lo venden, los que todavía cantan a capela, los que todavía curan gusaneras con oraciones, para descubrir detalles, como el de que la gente puede vivir sin dinero, la gente puede vivir agradablemente sin medio, saber cómo un pobre en medio de una pea regala plata, porque no sabe qué hacer con ella, o el cuento de Andrés un tremendo amigo, músico campesino que vivía de ganarle el jornal día a día a quien lo contratara, un día lo fuimos a visitar y entre tragos, conversa y música terminamos en medio de una pea hablando de lo bonito de la amistad y de que la plata no era necesaria para vivir y que la plata no era importante, entonces Andrés nos dice yo si necesito plata, mucha plata, muchísima plata, entonces nosotros sorprendidos (porque Andrés siempre ha sido una persona muy humilde en su cotidianidad, no por pobre, sino por su sencillez, que hace presumir que todo le sobra; es un hombre con mucha dignidad) le decimos, coño Andrés, pero para qué quieres tanta plata, entonces él nos responde, yo necesito mucha plata, para sacarme una foto con ustedes mis amigos, y mandarla a montar y tenerla ahí en la pared del rancho, para cuando ustedes no estén, recordarlos como si estuvieran.

Esa es la gente que en algún lugar recóndito de este país, conserva la raíz, la savia, que algún día hará posible, construirlo con otra ética o con la ética de los Andreses de este mundo.

En medio de esta revolución, debemos tratar de conseguir gente, que imagine país, que construya país, desde lo sencillo, valorándolo todo, no como lo mío o mi pertenencia, sino como a lo que pertenecemos y estamos obligados a cuidar. No seguir sosteniendo un país de carajos, en su gran mayoría con un gran ego, y una ambición, que aun siendo todos, músicos, pintores, poetas, el país le importa un carajo, sólo lo quieren para ellos comérselo, disfrutarlo, venderlo, descuartizarlo.

Vendemos peretos o promovemos otra cultura

Tú puedes terminar traicionando todo lo que creías, abandonarlo, negarlo, lleno de angustia y atapusao de droga hasta donde no te quepa más,(y droga es todo en la cultura capitalista) lleno de carro, casa, estupefaciente, sicotrópicos, campanitas, café, caramelo, helados, sexo, aguardiente, cerveza, trabajo hasta el cansancio, (sobredosis de trabajo), televisión, deporte, deporte extremo, (sobredosis de deporte) religión..., sin embargo, el hecho de que la miseria de tu cuerpo, no tenga la fuerza para sostener la idea, no quiere decir que la idea no sirva. Pero en el caso de “la guerrilla comunicacional”, no era un peo sólo del cuerpo, era también de la idea, que no fue madurada como debía hacerse, por la prisa del cuerpo en querer decir: tengo algo que me parece bueno, y se tira al ruedo sin medir las consecuencias, porque no puede ser, que una idea la destrocen tan rápido. Cuando el golpe de abril del 2002, la gente decía, hay que defender la revolución. Chamo, una revolución que debe ser defendida, está jodida, no tiene autenticidad, que la escoñeten. En aquel entonces nosotros no manejábamos el concepto de revolución como lo manejamos ahora, manejamos la revolución como el lado bueno, nosotros los de pinga y el lado malo los escuálidos, entonces, resultó que efectivamente, la revolución era auténtica y funcionaron los mecanismos que la hacen vida: las clases históricas; los burgueses y los proletarios. Primero los burgueses arremeten, el once y doce de abril con sus huestes; en una maniobra bien planificada, logran tomar circunstancialmente, parte del poder, pero el doce en la tarde noche, los proletarios se lanzan en un contraataque y retoman hacia el trece el poder, mientras muchos de los clase media que veías todos los días en televisión, “vamos a defender la revolución”, fueron los primeros que agarraron hotel rápido, esos eran los que pedían la defensa de la revolución , mientras que la revolución, la real y la auténtica se tiró a la calle, ¿Quién en el futuro, nos podrá decir que, “yo salí a dirigir y coordinar las batallas del doce trece y catorce, contra el estamento burgués”? de bolas que lo dirán y lo dicen a cada rato, los dueños de grupos y partidos, o saltimbanquis de la política; el problema para ellos es que nadie les creerá, la revolución como era de carne, huesos y clases cayéndose a coñazos; sobrevivió a todo eso que llaman la incomunicación; porque cuando es de verdad, crea sus propios mecanismos o se apropia de los existentes y los coloca a su servicio.

En el ataque, la burguesía tenía todos los medios de información bombardeando permanentemente. Durante muchos días, miles de mentes sucumbieron al bombardeo, (porque no solamente asesinaron gente con armas de fuego, sino que también, anularon a combatientes débiles de mente) pero la gran mayoría resistió estoicamente el combate. Cuando ya la burguesía, creía ganada la batalla y celebraba en los grandes salones su victoria, el proletariado se apropió de distintos medios a su alcance, entre ellos la voz, la marcha, el celular, las pintas, el papel de regalo, cartones, megáfonos, una que otra radio comunitaria y con eso y su convicción, desarrollaron el contraataque, que en pocas horas arrasó con las huestes burguesas, quienes huyeron como ratas, a refugiarse en sus mansiones y otras se fueron al exterior, siendo detenidos los que quedaban en las trincheras o los que celebraban despreocupadamente.

La revolución no necesita de esas herramientas para existir, ni de la tecnología, ni la televisión, ni la radio, ni la música. Ahí está esa clave, que es la que nos permite (si logramos descifrarla con claridad) saber, lo que uno tiene que hacer, tratar de sostener esas claves, pensarlas bien, ¿Por qué se emiten? ¿Quién las emite? ¿A través de qué las emite?

Hay gente que pretende incluso de buena fe, hablar a favor de lo colectivo, por la radio, los periódicos, la televisión y todos los otros medios de publicidad; pero ninguno de los que hablan por nosotros, son como nosotros y me refiero a como visten, como hablan, como gesticulan, porque aun siendo negros o indios, se avergüenzan, y se esfuerzan por hablar en el lenguaje del poderoso, el que impusieron los blancos, desde hace más de quinientos años; ahí vemos que los animadores de programas, que dicen estar a favor del cambio, sean de opinión o noticieros, imitando hasta en el modo de caminar a los animadores de los canales escuálidos, lo único que no hacen es vender el producto y eso fue porque los criticaron, pero en los primeros años de la revolución los veías vendiendo cuanto pereto les daban para publicitar, hasta una estafa médica vendían por Venezolana de Televisión. Fíjate bien, un programa que exista o nazca diciendo que es bueno y quienes dirigen se nombran como unos sacrificados por nosotros, que son los más entregados, hay que preguntarle ¿cuánto estás ganando? Porque seguramente, ya están picados de culebra, ya se debe sospechar de eso; no se trata de seres superiores, que nos hablen, se trata de expresar una idea, que nos mancomune, y quienes la expresen, deben tener ese brillo del fuego, que generan las convicciones, esa fuerza interior, que más allá del medio, comunica. Ahí tienes a Chávez, infinidad de personas no lo conocen, pero lloran, cantan, ríen, saltan, se entristecen, lo odian y se arrechan con él, ¿Por qué? es simple, hay una transmisión de fuerza, en ambos sentidos; en cambio, muchos doctos y sabihondos comunicacionales, hablan y hablan y sólo, de vez en cuando, arrancan un bostezo de la concurrencia.

Hay gente que cree que el problema son los medios, que no debemos usarlos, que debemos inventar otros, pero la realidad es que esas son unas herramientas, si a usted le dan una escardilla y se pone a teclear con ella, obviamente que los resultados serán desastrosos, la ignorancia en el uso de la herramienta, no convierte a la herramienta en la culpable del desastre. Los medios existen y deben ser usados, el problema es: ¿Qué vamos a decir por esos medios, cómo lo vamos a decir, quiénes lo van a decir, cuándo lo van a decir, de qué manera se dice? Por ejemplo, ¿Cuál es el mensaje del proletariado en las circunstancias actuales en que todo el planeta está convulsionado y se vuelve reaccionario? ¿andar pidiendo aumentos de salario o mejores condiciones de trabajo? cuando lo fundamental, es estar preparando las trincheras de ideas, para responder ofensivamente a la debacle de la cultura capitalista, eso ya son dos visiones del problema, o si nos dedicamos a defender gremios de cuanta gente necesitada hay o si nos organizamos a partir del todo y con los todos. A nuestra manera de ver, poraí van los tiros, de la contradicción.

De acuerdo con lo que se decida que sea el mensaje, se tomaran los medios existentes y se inventarán los otros que hagan falta y diremos lo que tenemos que decir; estamos seguros de que ese mensaje, se parecerá a nosotros, y no nos creará ronchas o dudas, al escucharlo, como nos ocurrió con el alzamiento de Chávez el noventa y dos, más claro no canta un gallo. Esas son las claves necesarias, asumámoslas.

Un detalle, nosotros tenemos un infiltrado en el poder, que es Chávez, es un buen comunicador, tiene un mensaje y eso lo lleva a infiltrarse. Ahora, si nos infiltramos para repetir la misma vaina, entonces es tiempo perdido, estamos jodidos, el problema es cuando tú te pareces al enemigo, a la larga terminas siendo el enemigo.

Los cambios en la revolución no se harán solamente desde el estado, necesaria es la gente, su participación masiva, Chávez está ganado para esa idea, lo que pasa es que no haya como conectarse, hay una pared hecha de clase media, que evita que se construya el mensaje definitivo, que nos conduzca a realizar la transformación. Tan es así que Chávez sabe eso, que el otro día dijo en televisión, por Aló Presidente, el programa que más se ve en este país, que la vivienda no tiene solución en el mundo del capitalismo, vamos a ver cómo hacemos, para resolver este problema; es arrecho que un presidente diga eso, porque no es cualquier cosa, es revisar todo lo que se ha hecho y buscar otros mecanismos; eso lo lleva a descubrir que no basta la plata y quienes se la roban, sino que es vital crear otra metodología, buscar otros materiales, diseñar otros modelos, estudiar el territorio, en fin, no sólo, lo ha hecho con la vivienda, lo ha planteado con el transporte, con la salud, con la educación, hasta que un día; si ya no lo sabe, se dé cuenta que todo lo aprendido, no sirve para lo que nos proponemos: construirnos como cultura socialista.