lunes, 7 de febrero de 2011

El último individuo O cuando no estaremos, ni ustedes tampoco

Nosotros como pobres tenemos que revisar la historia para entender ¿cómo se valora un pescador, un albañil, un campesino, un herrero, un carpintero?, si cuando le muestras un cuadro histórico, los que aparecen son personas blancas bien vestidas. Una señora que lava y plancha, ¿Cómo se valora? si los modelos que tiene de la sociedad son los burgueses que la ponen a lavar y planchar, no se pueden valorar, porque no tienen un modelo propio.

La cultura por construir, debe valorar a quienes trabajan y no a quienes disfrutan el producto del trabajo. La cultura predominante en todos los tiempos, ha preponderado siempre al mas fuerte, al héroe, a la flojera, como distinción, las élites han odiado al trabajo y como consecuencia a quienes lo ejercen; es por ello, que prevalidos de la fuerza, han creado mecanismos que separan a una clase de otra. La cultura por pensar, tiene como tarea, crear los mecanismos que hagan posible la eliminación de ese hecho.

Nosotros tenemos que elaborar nuestra propia historia. Una serie de claves que están allí, desde que llegaron los europeos hasta ahorita, que uno las va revisando y dice toda esa vaina es inconsistente. Tanto los de la derecha como los de la izquierda, te hablan de un Guaicaipuro que dirige veinte mil hombres y te llegan hasta decir de cuarenta mil soldados, ¿te imaginas un hombre que dirige un ejército de cuarenta mil soldados y que lo terminan matando solo en una choza quemado por cuatro tipos, en una velada historia de traición?, que diferencia tiene ésto con la película de “Rambo” ¿No tenía un cuartel, un hombre que dirigía a cuarenta mil? Es toda una ciudad que tienes que tener, para mantener armados a cuarenta mil soldados. Cuando hablas de cuarenta mil o de veinte mil soldados, con conocimiento pleno del territorio, y sacas la cuenta de cuántos españoles habían aquí, entonces dices, que los españoles son unos héroes arrechos, que jodieron a ese coñazo de indios, y no se habla de la verdadera historia del crimen y el saqueo; porque no es lo mismo que un bandido cuente que se enfrentó a cuatro bandidos bien armados y los venció a todos, a que cuente que él y cuatro más, entraron a una choza y mataron a una anciana, a unos niños y violaron a una mujer y se robaron una mano de topocho, (porque de paso los españoles nunca pasaron, según la historia oficial, de ochenta a trescientos hombres en sus incursiones) Cuando revisas los datos históricos de cuantas personas venían por barco, que no eran más de cuarenta personas por barco, te das cuenta que es un grandísimo mojón, todo ese coñazo de gente combatiendo, todo ese poco de indios y Guaicaipuro con dos metros; esas vainas a lo único que contribuye es a quitarte la capacidad de lucha, que puedas tener como pueblo, te avergüenza. Eso tenemos que investigarlo, tenemos que necesariamente decírnoslo como pueblo, para poder valorarnos. Mañana, es once de abril, el noventa por ciento de nosotros que participó en estos berenjenales, que hicimos la historia, no nos valoramos, no estamos preparado para sus conmemorativos. La comodidad de la clase media que dirige los medios del gobierno y deja hablar a los que a ella les da la gana, lo que le es más fácil, lo que le es más cómodo, lo que se parece y es como ella, cualquier tontera que esa persona diga es santa palabra, cero investigación ¿La gente que murió ahí no tenía familia, no tenían una historia, atrás de esa familia?, ¿qué están haciendo esas familias, cómo están viviendo?(¡ah! pero hay un micro en la televisión de un tipo clase media diciendo que él dirigió la resistencia en Puente Llaguno y lo sacaron ya en VTV, imagínate. ¿Cómo alguien dirigió eso? eso es mentira, eso no es posible, esa resistencia, quién la va estar dirigiendo; quién puede dirigir la esencia, el corazón de un pueblo) Pero como hay una historia burguesa con todos sus mecanismos, dispuestos para la exaltación del individuo y los agremiados; y nosotros quedamos para ser nombrados en las fechas patrias, como los extras en el relleno de la película, y no se trata de sustituir entrevistados ricos o clase media, por entrevistados pobres, se trata es de dar fuerza en este tiempo, al accionar de las mayorías. Está demasiado claro que el tiempo de los individuos pasó a un segundo plano; por ejemplo, si Chávez, que es el tipo que mejor expresa el sentimiento mayoritario, comienza a desviarse de ese camino, simple y llanamente la gente lo aparta; pudiéramos decir que Chávez es como el último de los individuos que está facilitando la transición entre la cultura individualista y la posible cultura colectiva, la que aun no ha sido discutida en su esencialidad.

Desmontar la historia burguesa, desde el presente y de ahí remontarnos al pasado, es una tarea en donde estamos obligados a inventar los métodos de investigación; incluso se puede tornar agradable ese trabajo, sobre todo si lo hacemos gente de los barrios y los campos en grandes grupos de investigación. Además tenemos la ventaja, de que entre todos, podemos sufragar los gastos, basta con que sepamos leer y escribir bien y tengamos nociones de espacio tiempo, volumen; sepamos medir y sacar cuentas, pero en su defecto podemos aprender por vía práctica, lo que hay es que tener la chispa, la voluntad, y sobre todo la conciencia de la importancia de esa tarea.

Es tan simple, tu vas por ejemplo con una cinta métrica, para la avenida Bolívar de Caracas y la mides (porque en ella fue donde los chavistas hicimos las grandes demostraciones de fuerza, las grandes concentraciones), tantos metros cuadrados tiene eso, multiplicaste ancho por largo y ya, metes la cantidad de persona que caben en un metro cuadrado, te va a dar casi con exactitud la cantidad de personas que de verdad llegaron, y eso desmonta la gran mentira de los dos millones de personas, así como también desmonta la gran mentira de los escuálidos,que decían tener cuatro millones, porque la vaina más grande que concentra gente es la avenida Bolívar de Caracas y los únicos que la llenamos hasta los tequeteques, fuimos los chavistas y rebasábamos las avenidas aledañas, cada vez que Chávez hablaba; porque los escuálidos jamás pudieron, por la simple razón de que nunca movieron tanta gente, con la salvedad del once de abril que fue la culminación de su plan golpista y pudieron mover a sus disciplinadas huestes. De acuerdo a lo que uno sospecha, más o menos visionando el tamaño de esa avenida, ahí no había más de ciento cincuenta mil personas, desbordada y todo las avenidas. Los escuálidos lo más que llegaron a reunir, en sus concentraciones fuertes, fue un promedio de cuarenta mil personas, eso te va a decir con exactitud el pasado.

Si nosotros no desmontamos como pueblo esa idea, de lo magno de una historia, que no la puedes asir, porque está muy lejana, porque es muy poderosa, porque no es controlable por nosotros, como obrero, albañil, carpintero, lavadora o planchadora, siempre nos dará la impresión de que eso es para estudiosos, para tipos arrechos, y jamás podremos valorarnos como colectivo en acción, sino que siempre tendremos que depender de los líderes por siempre. De tender ese manto de misterio, se han encargado los poderosos, porque eso les preserva el poder, sobre nosotros las mayorías.

La idea es que asumamos como colectivo, ese tipo de trabajo; que individualmente, por nuestras limitaciones, no nos es posible realizar, o si los realizamos, los costos son muy altos. Lo importante es entender, que juntos no es complicado; que no se requiere ser académico, que no se requiere ser un erudito, o sabio, que no se requiere ser nada de esas cosas, nosotros lo podemos hacer, de manera muy sencilla. Por ejemplo, un grupo que averigüe ¿Cómo era el tamaño de los barcos hace quinientos años, cuántos cabían, quiénes viajaban, por qué viajaban, cuánto duraba el viaje, qué comían? entonces, desmontar todo ese mojón; incluso desmontar el peo de los gremios indígenas, de los gremios de negros, de los gremios mujeres, todo tiene que ser desmontado. La gente del IVIC dijo que la mayoría en Venezuela éramos de descendencia hispánica, eso es verdad hermano, porque los españoles acabaron con los indígenas, a los africanos no se les permitía acostarse con blancas y fueron concentrados en los centros de producción de los dueños, y cuando se fugaban sólo conseguían refugio en las birongueras o cumbes, o palenques controlados por sus iguales, cuando mucho se relacionaban indios con negras, negros con indias, mientras que los españoles se cogían a quien les daba la gana, además de que podían viajar por todo el territorio y poblar lo que les diera la gana y quien se les oponía, lo mataban.

Este era un territorio casi despoblado, hermano; los tipos vinieron y asesinaron a todo el que había, sólo se salvaba el que huía, o los que se dejaban esclavizar, así de simple, todo el que consiguieron lo mataron, violaron, jodieron, eso fue lo que hicieron los europeos aquí, no vinieron a construir, vinieron inicialmente fue a robar, a matar, a saquear y después se instalaron ellos. Ellos vinieron a repetir lo único que sabían, ser invadidos y esclavizados, en toda su historia.

Mientras nosotros sigamos en la trampa de defender gremios, que si afrodescendientes, indiodescendientes, blancodescendientes, europodescendientes, mujeresdescendientes, hombresdescendientes, obrerosdescendientes; vamos a terminar descendiendo al foso de la esclavitud más profunda, con todas esas divisiones y atomizaciones, que sólo remachan la explotación y con ello, a la cultura capitalista.

La tarea de los juntos en este tiempo revolucionario, no está en gremializarse y defenderse, está en tomar la ofensiva, que pasa por descubrir nuestros orígenes realmente; no desde el mito y la leyenda del poderoso, sino desde la realidad de la explotación. No es posible que nos sigamos manejando con cifras extraídas de los Archivos de Indias, cifras abultadas o reducidas, de acuerdo con la conveniencia del asesino; toda esa confusión de cifras y hechos, no permiten que sepamos, a ciencia cierta, qué fue lo que pasó, sino que la repetimos e incluso inventamos, de acuerdo a la conveniencia del gremio, de ahí es que tenemos un Guaicaipuro con cuarenta mil hombres en armas, sin medir el tamaño o grado de desarrollo, del modo de producción, para ese momento, o que si trajeron millones de negros, sin importar el tamaño de los barcos y sus dificultades al viajar, por los océanos, el tiempo de viaje y los costos, Nosotros estamos obligados, a no mentirnos con la historia que estamos viviendo; porque de ello depende el cambio.

No podemos seguir sosteniendo como proletarios, la historia de la burguesía, ni construir la nuestra a partir de sus motivaciones; porque si no, no podemos realizar la que nos corresponde. Nosotros somos una construcción burguesa, no a la inversa, nada de lo que ha hecho la historia burguesa, nos beneficia, así la publicidad lo diga y lo remache la escuela y la iglesia; véalo por donde lo vea, sólo hemos sido y somos, un instrumento más en la historia de la burguesía; búsquelo por donde lo busque es así.

La idea es tratar de hacernos historia, (verdad histórica)de hacernos dibujo, de hacernos palabra, de hacernos poema, de hacernos cine y video y canciones, de hacernos el arte transformador de la realidad; para proponer otra forma de vida, para no repetir el poder, para deshacernos del miedo, del hambre y la ignorancia; que nos vuelve poderosos, los unosunas contra los otrosotras. Es de ahí de donde se ha de construir la otra historia, en donde ya nosotros tampoco estaremos, cuando desaparezca el capitalismo como cultura.

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