lunes, 7 de febrero de 2011

La otra producción

Una idea que no es errada, es que toda la sociedad debe participar del aparato productivo, incluso los niños desde su edad de comprensión. Pero resulta que en la cultura capitalista, eso sólo ha servido para que más de la mitad de la población, le entregue al capital, casi de gratis, la plusvalía, por la vía de las mujeres y los niños, sobre todo las mujeres, quienes no sólo le aportan el trabajo directo en la fábrica, sino que además les preparan a los proletarios para que asistan a las fábricas, en condiciones productivas, porque te imaginas a los hombres, lavando, planchando, cocinando, cuidando carajitos, llevándolos a las escuelas, (toda regla tiene su excepción) las fábricas funcionarían a media máquina, y esto ha sido práctica, no sólo de los pueblos, que siempre han vivido en la época moderna, bajo la dictadura de la cultura capitalista, sino que también los soviéticos, los cubanos, los chinos y todas las otras experiencias realizadas, en nombre del socialismo, han desarrollado esas prácticas, planteándose competencia, a ver quien producía más y mejor. Los mismos peretos, en función de satisfacer, generalmente necesidades ficticias en la población. Incorporar a las mujeres, al aparato de producción capitalista, fue una equivocación de los camaradas, ellos pasaron por eso porque no tenían otra experiencia a mano, nosotros en este tiempo, debemos pensar y analizar, bien esa situación, no debemos repetir historia, que no sea en vano la lucha y la experiencia realizada por esos compañeros, en otras latitudes y épocas.

Los capitalistas y sus seguidores, dicen que el comunismo y el socialismo acabaría con la familia, la propiedad privada y el estado, ese era el coco y sigue siendo el coco, con el que pretenden engañar a las grandes mayorías, pero resulta que el capitalismo, con su desarrollo, acabó con esas tres premisas de un solo guamazo, en primer lugar la propiedad, está en muy pocas manos, pero cada día que pasa la ruina de las mayorías es palpable, basta una enfermedad para quedar en la ruina, no pagar una hipoteca o las cuotas del carro, para desaparecer del sistema, en segundo lugar, el estado sólo es una entelequia, en manos de los dueños de las grandes transnacionales, que como dictadores del planeta, ordenan todas las pautas a seguir, sin que nadie pueda chistar. Existe una madeja de convenios entre los aparentes estados en donde deporte, salud, comida, tecnología, agua, energía y cuanta vaina produzca ganancia, deben ser contratados por vía de las transnacionales, que sostienen instituciones que controlan al planeta, como: La OMC, OPS, OMS, LA FIFA, EL COMITÉ OLIMPICO INTERNACIONAL, la ONU, la OEA, y muchas otras, a través de las cuales, se amarran a los Estados y son chantajeados, para que entreguen los jugosos contratos, a las transnacionales del ramo, y por último; esas mujeres, todas tienen que ir a trabajar, para que sean felices, también los hijos y los padres, porque mientras más plata tengan, más felices serán, y el planeta entero se enfiló, como uno solo, al paraíso de la explotación masiva; que a los pequeños los metan en guarderías, que aprendan a leer antes de nacer, de esa manera desmembró a la familia, su célula fundamental. El noventa y nueve por ciento de esos atracadores chamos, que tú vez por ahí, son desafectados, chamos sin afecto, porque la lógica te indica, que el afecto es un dato natural, el afecto no se dice, no se escribe, sólo se puede sentir, y esa vaina sólo se palpita y sólo se construye, cuando eres chamo, que como mínimo debes estar con la madre hasta los siete años sin interrupción, esa vaina te genera un gran afecto, que te sirve para andar en la vida, así la tipa no te abrace, así la tipa te dé un correazo, hay un dato natural, que te genera afecto, si al lado de esa mujer, pudiera estar también el marido, sería lo ideal, pero aún más, si el chamo lo asumiera la comunidad como esencia criadora, por que el niño no siempre será niño, sino que la mayoría de su vida, será adulta y debe ser educado para compartir afectos, ese chamo difícilmente, lo pudieras involucrar en cosas, para dañar a los demás.

El capitalismo requería del chamo, de la mamá, del papá, de las abuelas, de los abuelos, del perro, de todo cuanto en ese núcleo o célula pudiera producir y comprar. Empezó en los cuarenta, las mujeres pobres, usaban menos prendas que los hombres pobres, eran ellos, los que se acicalaban, (estoy hablando de la mayoría pobre, no estoy hablando de la clase media, ni de la burguesía, esa es una minoría que siempre despilfarra la riqueza, que produce el colectivo, estoy hablando del proletariado, del campesinado en general) las mujeres poco se acicalaban, se acicalaban los hombres, se ponían mancuernas, leontinas, chalecos, pantalones bien planchados, sombreros, tirantes, se afeitaban y perfumaban y después se iban a caer a palos y a coñazos a los botiquines y volvían vueltos triza y la pobre loca, a lavar y planchar otra vez, para que el sábado el pantalón estuviera como dicen los tipos, de punta en blanco, a partir de los cincuenta es que las mujeres comienzan a maquillarse, a ponerse pantalones, a usar abalorios, zarcillos. En los noventa no hay diferencia entre hombre y mujer, todos somos consumidores extremados, no hay hombre ni mujer que ya no use abalorio, todo el mundo anda con un tatuaje y comprar mierda y botar mierda, tú ves por ejemplo, los tipos que se mueven en el mundo de las computadoras, los carajos todos los años traen la vaina nueva que salió, el tipo cree, que no puede vivir, sin los nuevos artefactos, tengo amigos de mi misma edad (57) que dicen que no pueden vivir sin la computadora y el celular, creen que su cerebro, quedará descontinuado.

De manera que el capitalismo acabó con todos sus mitos, si uno no se da cuenta de esos detalles, de cómo se fue deteriorando una sociedad, uno no puede producir la otra idea, por que uno se quiere convertir en salvador de los pobres, los pobres no somos salvables, porque los pobres no somos pobres porque nos dé la gana de ser pobres, los pobres somos pobres porque hay una máquina, una cultura, que nos necesita, somos ganado de doble propósito para generar la riqueza y para comprar su desecho. Cuando los tipos andan en avión nosotros andamos en camioneticas o Metros hediondos, eso también es la riqueza, pero en unos se transporta la mercancía y en otros quienes la disfrutan, la máquina capitalista, produce muchos pobres, por un lado y poquitos ricos por el otro. Cuando tu mides, la cantidad de riquezas, es proporcionalmente a la cantidad de pobreza, ¿cuál es el peo del capitalismo que acumuló tanta riqueza y en su misma proporción la pobreza? El problema es que la riqueza no se multiplica, sino en la ficción del dinero, en cambio que la pobreza si se multiplica y está concentrada en el barrio que va creciendo, creciendo, creciendo y el capitalismo no puede hacer nada, como no sea aplicar sus drásticas medidas, que es el asesinato en masa, por medio de la guerra, con la salvedad, de que en estos momentos, ya no los beneficiaría, podrá matar al planeta, pero como dijo el poeta Aquiles Nazoa, no les quedará territorio que repartirse; se está comiendo a si mismo, se está mordiendo el rabo el capitalismo.

Estamos obligados a pensar mas allá del capitalismo, estamos obligados a pensar como separarnos, lo menos doloroso posible del capitalismo, a pensar en cómo abandonar el capitalismo, pero no como individuo, no como grupo, sino como sociedad en su conjunto; entonces toca discutir a la clase, por su papel histórico, lo de enterrar al capitalismo, no era caerse a tiros con los tipos y abrir una tumba y enterrarlo, no chamo, enterrar quiere decir otra cosa distinta a matarlo, nadie dijo en ninguna parte, tú no ves al señor Marx, escribiendo que los obreros están destinados a matar al capitalismo, no, el carajo dijo que los obreros son los sepultureros del capitalismo, el tipo dijo, cuando ese sistema llegue a un grado de desarrollo tal, aparece la revolución y los obreros por tanto su papel histórico como clase, es enterrar al capitalismo y pensar la otra sociedad, ese es el planteamiento en general de la vaina, porque resulta, que el que está del otro lado de la trinchera, es un obrero, el que va defender a la burguesía, no es un burgués, ese no va a caerse a tiros nunca, tú te vas a caer a tiros contra un proletario siempre, los policías que están presos allí, por el caso de Puente Llaguno, a parte de Simonovis, que era mayordomo de los ricos, los otros ocho guevones, que están presos, que fueron los que mataron a la gente en Llaguno, son pelabolas, todos pelabolas, degenerados por el capitalismo.

Todo debe ser analizado, nada debe ser dejado al garete, pensemos mas allá de la ideología, no temamos al compromiso de ser otros, sepultando al capitalismo, hagamos posible la desaparición de las clases.

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