lunes, 7 de febrero de 2011

La lengua es un instrumento, no el mensaje

Es evidente que hay un problema planteado de este lado de la revolución y es que no tenemos resuelto el problema comunicacional.

A nuestro entender, lo que no da pie con bola, es una visión de izquierda, que cree que las revoluciones se hacen de determinada manera y forma; por ejemplo si se usa el término guerrilla, eso es impactante, porque vives en un país en donde fue estigmatizado, ligado a las peores causas y sus representantes fueron derrotados o comprados. A nivel mundial el aparato propagandístico de las transnacionales lo relaciona al terrorismo y al narcotráfico, pero pareciera ser, que eso no le dice nada, a quienes pensaron la brillante idea, como si guerrilla, fuera algo muy revolucionario, como si no fuera una forma de lucha, como la electoral, la armada formal o cualquier otra, de las miles de forma que adquiere la guerra, desde que el mundo del poder es mundo, y la lucha de clases su rasgo distintivo; si la guerrilla está a favor de los burgueses franceses e italianos que lucharon contra Hitler y Mussolini, entonces será proyectada por todo su aparato de propaganda, como una imagen romántica, valerosa y martirizada, pero si la guerrilla, es en África, Asia o América Latina y el Caribe, a favor o en ejercicio de los pueblo pobres, en función de su liberación, será la peor abominación, como ocurrió con la guerrilla colombiana o la venezolana, para nombrar dos, bien conocidas.

Resulta que no analizamos a profundidad ese concepto de guerrilla comunicacional, no fue sopesada su magnitud, porque una vaina es, que hagas la guerrilla, pero no le puedes decir a nadie, que vas hacer una guerrilla, eso es una estupidez: Mira mañana te voy atracar, si alguien me avisa eso y además se lo comunica a todo el barrio y lo veo entrenando, bueno caballero, yo lo espero con un escopetón, para darle un solo tortazo por el lomo, porque no lo voy a esperar de frente, le tiro una emboscada, eso es lo que va a pasar; por ejemplo, los cubanos un día se cansaron de Batista, y un grupo de vanguardia hizo un plan clandestinamente y fueron a tomar el Moncada, bueno por bisoños, por que no eran militares, por desconocimiento, por distintas variantes que se presentan en la guerra, los militares batistianos los derrotaron; sin embargo esa acción sorpresa que dirigió Fidel, prendió un verguero, que terminó con el triunfo del Movimiento 26 de julio, seis años después; es verdad, tuvieron presos, se fueron a la guerra de guerrillas, pero los carajos, nunca le dijeron a nadie con una madre pancarta, señores, nosotros vamos a tomar el cuartel Moncada, después nos vamos a entrenar en México, luego regresaremos en el Gramma, nos vamos a La Sierra Maestra a desarrollar una guerrilla y por último tomaremos el poder.

El problema con nosotros, es que no es la forma lo que tenemos que usar, sino que no tenemos contenido, porque estamos llenos de conceptos que no nos pertenecen, que son aprendidos de otras latitudes, y la revolución que está ocurriendo es radicalmente distinta a lo que los conceptos aprendidos pregonan.

Entendemos por guerrilla, sistema organizado, de fuerza pequeña, que teniendo claro un objetivo, se mueve ligeramente, ataca y se retira, generando gran daño al enemigo, que por lo general es de mayor fuerza. Su rasgo distintivo es la sorpresa, su táctica fundamental, la emboscada, por tanto se mueve clandestinamente, dentro del pueblo, que es su protector y cantera y a quien se obedece. Nosotros hicimos exactamente lo contrario, con bombos y platillos estatales, creamos un aparato, que desde el principio nace manco, porque es oficial, en segundo lugar, su objetivo es difuso, y su mayor fuerza, la pierde al anunciarse.

Entendemos, en primer lugar, que debemos crear el mensaje, estar de acuerdo en todas sus partes, saber manejar sus claves, estar en sintonía con quien queremos que lo sepa, saber reproducirlo y manifestarlo en distintos lenguajes; con eso en las manos, es que podemos usar las distintas herramientas, o medios, incluido como tal en este caso, la guerrilla comunicacional. Tomemos como ejemplo la lucha de Chávez, desde que decidió luchar, primero todo un recorrer, un conversar, crear las incipientes formas orgánicas, hasta risibles, como las que a veces cuenta, luego el MBR200 clandestino, y después todo lo que conocemos. En cada uno de esos pasos, primero decía, lo que se debía hacer, es decir el mensaje, aun todavía antes de hacer cualquier cosa, nos dice lo que va hacer, el objetivo, la forma y manera, lo revela con el tiempo, pero primero nos convence de la necesidad de ese objetivo y da tiempo para la reflexión.

Cuando ya tienes el mensaje, qué es lo que necesito para decirlo, unos spray o necesito un megáfono o necesito una cámara o necesito equis herramienta, ¿dónde? bueno en una pared, en una plaza ¿cuándo? el día tal, ¿a qué hora? a tal hora, entonces vas a la hora que fijaste y le caes, al día siguiente amanecen esas pintas ahí o el escrito o el afiche, o el mural o el baile, lo que sea que hagas, buscando crear el efecto deseado, que es el mensaje a transmitir.

El concepto esta errado porque no parte de la realidad, es de trasnochados, lo que ocurre es que en esta revolución, quienes estamos por el cambio, todavía no elaboramos el discurso que necesitamos, por tanto no lo podemos comunicar, estamos en estado de coñaza pura y simple, el dato primario de la coñaza de clase; en esa etapa estamos en la revolución, tan es así, que todavía no tenemos un espacio acorde con los tiempos revolucionarios que nos permita elaborar la propaganda necesaria, que haga balance cotidiano de lo que ocurre, a fin de ir creando memoria y capacidad reflexiva, en los militantes y activistas del cambio, porque la revolución no son un bando, son dos bandos, dos bandos que se mueven en una negociación, que genera tres, cuatro, cinco, diez, quince, veinte bandos; porque la revolución no es un lado de las cosas, la revolución es todo eso, es tan revolucionario Globovisión, como tan revolucionario esa guerrilla comunicacional, como revolucionaria es venezolana de televisión, todo eso es la revolución, todos somos revolucionarios en esos exactos términos.

En ese proceso se está cuestionando todo el discurso burgués, desmontando sus códigos, sus claves, sus formas y sus medios de expresión, que aún permanecen entronizados en quienes manejan los medios, que intentan promover el cambio.

Ahora la gente que plantea cambiar, dentro de una revolución, estamos obligados a pensar, porque toda la conceptuación hasta ahora existente, no ha resuelto el problema, ni lo que produjo la unión soviética, ni lo que proponen los chinos, ni lo que produjeron los cubanos, eso no ha resuelto el problema. Estamos obligados como gente a pensar, si nosotros seguimos repitiendo, si nosotros no tenemos la capacidad de detenernos, entonces nosotros estamos jodidos, porque nosotros vamos caminando sobre lo establecido, sobre caminos abiertos, porque no nos hemos detenido a decir para dónde, sino que vamos dando pingasos y ¿dónde te metes? en lo que está abierto que es más papaya ¿entiendes?, soy socialista, soy comunista, soy no se qué coño. No tenemos que ser lo que somos, entender la vaina de la vida real, qué nos está planteando el tiempo histórico, eso es lo que uno tiene que hacer.

Ahora ¿qué se nos plantea a nosotros, desde lo que estamos pensando? insistir en la vaina de conectarse con otras cosas, porque debe haber muchas vainas por ahí haciéndose, un buen día aparecen los chamos del hip hop, los del joja, los del ruan rin, oye tienen organizado un verguero, se entraron a coñazo, los tipos decidieron coger una línea, decidir un mundo, un tiempo histórico, diseñar un país, en donde vivir, cómo vivir, a través de qué vivir, y dicen coño esta es la mierda y se disponen a dar la pelea por ese sueño que amasaron entre todos, y nosotros debemos conectarnos a lo que está naciendo siempre, ese es nuestro deber ser, para juntos generar una ética, generar una conducta, eso es lo que en alguna medida tendríamos que tratar de hacer cotidianamente, como gente que propone el cambio.

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