lunes, 7 de febrero de 2011

Vendemos peretos o promovemos otra cultura

Tú puedes terminar traicionando todo lo que creías, abandonarlo, negarlo, lleno de angustia y atapusao de droga hasta donde no te quepa más,(y droga es todo en la cultura capitalista) lleno de carro, casa, estupefaciente, sicotrópicos, campanitas, café, caramelo, helados, sexo, aguardiente, cerveza, trabajo hasta el cansancio, (sobredosis de trabajo), televisión, deporte, deporte extremo, (sobredosis de deporte) religión..., sin embargo, el hecho de que la miseria de tu cuerpo, no tenga la fuerza para sostener la idea, no quiere decir que la idea no sirva. Pero en el caso de “la guerrilla comunicacional”, no era un peo sólo del cuerpo, era también de la idea, que no fue madurada como debía hacerse, por la prisa del cuerpo en querer decir: tengo algo que me parece bueno, y se tira al ruedo sin medir las consecuencias, porque no puede ser, que una idea la destrocen tan rápido. Cuando el golpe de abril del 2002, la gente decía, hay que defender la revolución. Chamo, una revolución que debe ser defendida, está jodida, no tiene autenticidad, que la escoñeten. En aquel entonces nosotros no manejábamos el concepto de revolución como lo manejamos ahora, manejamos la revolución como el lado bueno, nosotros los de pinga y el lado malo los escuálidos, entonces, resultó que efectivamente, la revolución era auténtica y funcionaron los mecanismos que la hacen vida: las clases históricas; los burgueses y los proletarios. Primero los burgueses arremeten, el once y doce de abril con sus huestes; en una maniobra bien planificada, logran tomar circunstancialmente, parte del poder, pero el doce en la tarde noche, los proletarios se lanzan en un contraataque y retoman hacia el trece el poder, mientras muchos de los clase media que veías todos los días en televisión, “vamos a defender la revolución”, fueron los primeros que agarraron hotel rápido, esos eran los que pedían la defensa de la revolución , mientras que la revolución, la real y la auténtica se tiró a la calle, ¿Quién en el futuro, nos podrá decir que, “yo salí a dirigir y coordinar las batallas del doce trece y catorce, contra el estamento burgués”? de bolas que lo dirán y lo dicen a cada rato, los dueños de grupos y partidos, o saltimbanquis de la política; el problema para ellos es que nadie les creerá, la revolución como era de carne, huesos y clases cayéndose a coñazos; sobrevivió a todo eso que llaman la incomunicación; porque cuando es de verdad, crea sus propios mecanismos o se apropia de los existentes y los coloca a su servicio.

En el ataque, la burguesía tenía todos los medios de información bombardeando permanentemente. Durante muchos días, miles de mentes sucumbieron al bombardeo, (porque no solamente asesinaron gente con armas de fuego, sino que también, anularon a combatientes débiles de mente) pero la gran mayoría resistió estoicamente el combate. Cuando ya la burguesía, creía ganada la batalla y celebraba en los grandes salones su victoria, el proletariado se apropió de distintos medios a su alcance, entre ellos la voz, la marcha, el celular, las pintas, el papel de regalo, cartones, megáfonos, una que otra radio comunitaria y con eso y su convicción, desarrollaron el contraataque, que en pocas horas arrasó con las huestes burguesas, quienes huyeron como ratas, a refugiarse en sus mansiones y otras se fueron al exterior, siendo detenidos los que quedaban en las trincheras o los que celebraban despreocupadamente.

La revolución no necesita de esas herramientas para existir, ni de la tecnología, ni la televisión, ni la radio, ni la música. Ahí está esa clave, que es la que nos permite (si logramos descifrarla con claridad) saber, lo que uno tiene que hacer, tratar de sostener esas claves, pensarlas bien, ¿Por qué se emiten? ¿Quién las emite? ¿A través de qué las emite?

Hay gente que pretende incluso de buena fe, hablar a favor de lo colectivo, por la radio, los periódicos, la televisión y todos los otros medios de publicidad; pero ninguno de los que hablan por nosotros, son como nosotros y me refiero a como visten, como hablan, como gesticulan, porque aun siendo negros o indios, se avergüenzan, y se esfuerzan por hablar en el lenguaje del poderoso, el que impusieron los blancos, desde hace más de quinientos años; ahí vemos que los animadores de programas, que dicen estar a favor del cambio, sean de opinión o noticieros, imitando hasta en el modo de caminar a los animadores de los canales escuálidos, lo único que no hacen es vender el producto y eso fue porque los criticaron, pero en los primeros años de la revolución los veías vendiendo cuanto pereto les daban para publicitar, hasta una estafa médica vendían por Venezolana de Televisión. Fíjate bien, un programa que exista o nazca diciendo que es bueno y quienes dirigen se nombran como unos sacrificados por nosotros, que son los más entregados, hay que preguntarle ¿cuánto estás ganando? Porque seguramente, ya están picados de culebra, ya se debe sospechar de eso; no se trata de seres superiores, que nos hablen, se trata de expresar una idea, que nos mancomune, y quienes la expresen, deben tener ese brillo del fuego, que generan las convicciones, esa fuerza interior, que más allá del medio, comunica. Ahí tienes a Chávez, infinidad de personas no lo conocen, pero lloran, cantan, ríen, saltan, se entristecen, lo odian y se arrechan con él, ¿Por qué? es simple, hay una transmisión de fuerza, en ambos sentidos; en cambio, muchos doctos y sabihondos comunicacionales, hablan y hablan y sólo, de vez en cuando, arrancan un bostezo de la concurrencia.

Hay gente que cree que el problema son los medios, que no debemos usarlos, que debemos inventar otros, pero la realidad es que esas son unas herramientas, si a usted le dan una escardilla y se pone a teclear con ella, obviamente que los resultados serán desastrosos, la ignorancia en el uso de la herramienta, no convierte a la herramienta en la culpable del desastre. Los medios existen y deben ser usados, el problema es: ¿Qué vamos a decir por esos medios, cómo lo vamos a decir, quiénes lo van a decir, cuándo lo van a decir, de qué manera se dice? Por ejemplo, ¿Cuál es el mensaje del proletariado en las circunstancias actuales en que todo el planeta está convulsionado y se vuelve reaccionario? ¿andar pidiendo aumentos de salario o mejores condiciones de trabajo? cuando lo fundamental, es estar preparando las trincheras de ideas, para responder ofensivamente a la debacle de la cultura capitalista, eso ya son dos visiones del problema, o si nos dedicamos a defender gremios de cuanta gente necesitada hay o si nos organizamos a partir del todo y con los todos. A nuestra manera de ver, poraí van los tiros, de la contradicción.

De acuerdo con lo que se decida que sea el mensaje, se tomaran los medios existentes y se inventarán los otros que hagan falta y diremos lo que tenemos que decir; estamos seguros de que ese mensaje, se parecerá a nosotros, y no nos creará ronchas o dudas, al escucharlo, como nos ocurrió con el alzamiento de Chávez el noventa y dos, más claro no canta un gallo. Esas son las claves necesarias, asumámoslas.

Un detalle, nosotros tenemos un infiltrado en el poder, que es Chávez, es un buen comunicador, tiene un mensaje y eso lo lleva a infiltrarse. Ahora, si nos infiltramos para repetir la misma vaina, entonces es tiempo perdido, estamos jodidos, el problema es cuando tú te pareces al enemigo, a la larga terminas siendo el enemigo.

Los cambios en la revolución no se harán solamente desde el estado, necesaria es la gente, su participación masiva, Chávez está ganado para esa idea, lo que pasa es que no haya como conectarse, hay una pared hecha de clase media, que evita que se construya el mensaje definitivo, que nos conduzca a realizar la transformación. Tan es así que Chávez sabe eso, que el otro día dijo en televisión, por Aló Presidente, el programa que más se ve en este país, que la vivienda no tiene solución en el mundo del capitalismo, vamos a ver cómo hacemos, para resolver este problema; es arrecho que un presidente diga eso, porque no es cualquier cosa, es revisar todo lo que se ha hecho y buscar otros mecanismos; eso lo lleva a descubrir que no basta la plata y quienes se la roban, sino que es vital crear otra metodología, buscar otros materiales, diseñar otros modelos, estudiar el territorio, en fin, no sólo, lo ha hecho con la vivienda, lo ha planteado con el transporte, con la salud, con la educación, hasta que un día; si ya no lo sabe, se dé cuenta que todo lo aprendido, no sirve para lo que nos proponemos: construirnos como cultura socialista.

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