lunes, 7 de febrero de 2011

No soñemos vivir en el socialismo, imaginemos al socialismo

I

Es en la edad adulta, cuando podemos hablar de tener una conciencia, se puede morir a los dieciocho, en una guerra, en nombre de una revolución o en nombre del fascismo o en nombre de lo que sea; se puede morir a los catorce años, diciendo viva Hitler, viva Stalin, viva Fidel o viva Chávez, se puede a los catorce años ser héroe, pero realmente cuando adquieres un estado mental propio, después de haber vivido, si aun estas vivo, a partir de los treinta años, más o menos.


II

Si viviéramos en el socialismo lo dañaríamos todo, porque somos culturalmente capitalistas, es claro que todo el mundo desea vivir en sus sueños pero con las comodidades del tiempo presente. En realidad se sueña otra sociedad, porque la carencia y condiciones que hacen posible el bienestar, en la sociedad donde se vive, es altamente costoso para las grandes mayorías, de allí que más allá de los sueños, la realidad se impone y fábrica revoluciones, cuando menos se esperan, esa necesidad de satisfacer carencias diversas, obliga a que independiente de los sueños y el soñador, el ser real, el de carne y hueso; busque desesperadamente satisfacer esas necesidades, es por eso que las revoluciones, no son el producto de los sueños, sino de la necesidad de los irredentos, los hambrientos, los pobres en general, no es cosa de sacrificios, que si nosotros nos vamos a sacrificar para que la próxima generación, no, no, no, es una vaina que es independiente de nosotros, ese es el otro elemento, que no es un problema de los individuos, como lo reflejan los pensadores de la clase media y que todos los burgueses aplauden, es un problema de la sociedad enferma en su conjunto, de cómo se desenvuelve la lucha de clases; en estos momentos, a lo mejor hay unos tipos preparando un golpe de estado, mientras nosotros estamos discutiendo estas guevonadas aquí y echándonos palos, hablando de socialismo, pero la lucha de clases sigue su curso, está allá afuera, dura, cabilla, dándose pingazo la gente de verdad, ahorita hay un poco de burgueses y clase media y hasta pela bolas (porque también hay su poquita gente que siendo pobre asumen el comportamiento y la creencia de los ricos) pensando en cómo tumbar a Chávez, como matarlo, pero no sólo pensándolo, hay gente que lo está planificando, otros que lo desean ejecutar y otros que lo intentan ejecutar, todos los días (en estos días agarraron a Chávez Abarca) y del lado de Chávez, hay un poco de gente, evitando que lo maten; en ese abanico inmenso se desenvuelve la lucha de clases, en ese acordeón, todos los días hay muertos, heridos, presos, renegados de bando y bando, traidores, escupe fuegos, los inmolados, los desea guerra, los que no la quieren, siempre de bando y bando, pero nadie en particular podrá torcer el rumbo que trazan las revoluciones, que al final es curar la sociedad enferma, lo que nadie se percata es que esa cura es tan radical que la sociedad enferma desaparece y da paso a otra.

Mal puede alguien hablar de sacrificios particulares, como no sea en función de ser reconocido para cobrar a futuro y muchos lo hacen, aun sin realizar el sacrificio o simulándolo cobran constantemente y sonante, casi siempre por adelantado. Lo que se intenta decir, es que debemos pensar, a partir de lo que somos, no de lo que queremos ser, el peo es que hay gente que parte, juzga, analiza, a partir de lo que quiere ser, por ejemplo quieren ser comunistas, quieren ser socialistas, pero no parten de lo que se es, ¿Qué somos nosotros ahorita, ya, en este instante?, esa mierda da miedo, cuando tú empiezas a conciencia a revisarte, qué eres, qué hago, dónde va mi cuerpo, mi discurso va por allá hablando, ¡aja! y tu cuerpo por dónde va? ¿Luchando en El Congo?, exacto tu discurso esta allá en El Congo, con el Che Guevara, está en Haití, está en Cuba, ¿Y tu cuerpo dónde está? ¿Está en McDonald, en Tropiburguer, en los centros comerciales, en los bancos en las fábricas?.

Un ejemplo de eso Maquiavelo, cuando él rompe con todo lo que se había escrito sobre la filosofía política y coloca al desnudo la verdadera razón del poder, sus motivaciones y de cómo el logro de esos fines justificaba los medios que se usaron; (sólo los príncipes de las leyendas eran buenos y rescataban princesas dormidas) demuestra la realidad, los poderosos eran una caterva de hijos de puta y aun siguen siéndolo con el “por qué no te callas”, que para seguir en el poder si hay que matar matan, si hay que ser bondadoso, es bondadoso, si hay que usar la maldad se usa, para nada de eso les tiembla el pulso, a los dueños del mundo (Que hoy ya no son príncipes, o reyes, o presidentes, sino empresarios, industriales) con tal de lograr sus objetivos, aquí la política no es buena ni es mala, es una vaina que hay que lograr y ya. Así como los burgueses aceptaron como ética valedera el crimen y el robo y es esa la raíz que nos hace posible, eso es lo que somos, así se nos construyó, y eso debemos saberlo para entonces diseñar la ética que hará posible a los futuros, porque si nosotros aceptamos que la política es inmutable en sus métodos y que siempre será así, que el fin justifica los medios sin importar que se jode, entonces no tiene sentido hablar de cambios, se trata de ubicarnos para saber, dónde estamos y que debemos hacer.

El carajo de esta época que crea que en el socialismo, él será feliz, está jodido porque no hay tiempo natural en el cuerpo para eso. Nosotros nacimos en el preciso momento en que una cultura habrá de morir por sus contradicciones y otra habrá de nacer de ese berenjenal, pero ni veremos morir, ni veremos nacer, Hablando en términos meramente de edad finita, que tenemos nosotros; porque lo que ha de morir, apenas comienza su partida y lo que ha de nacer, aun no define, si persigue el sueño o lo construye desde el cuerpo colectivo pero, si hablamos de lo aprendido, ¿Cómo me sacas veintiséis años de educación formal del cuerpo? el famoso cuento de desaprender, uno no desaprende nada, ¿Cómo te quitan la escuela y la universidad? Ese es un cuartel, las universidades son una empresa creadora de títulos del que nadie desea desprenderse, a mí me enseñaron que la propiedad privada es una vaina, que tú haces con esa vaina lo que a ti te dé la gana, como a tí te dé la gana, y cuando a ti te dé la gana, porque eso es tuyo, y después, leyendo, entiendo que la propiedad privada como hecho natural no existe, yo no puedo comprar un carro, cambiarle la luz y manejar en sentido contrario, no puedo atropellar a quien a mi me de la gana, porque esa mierda es mía, yo la compré con mi plata, es mi propiedad privada, está a nombre de Enrique Irrigorri y yo hago con esa vaina, lo que me salga del forro, esa es mi libertad, eso es democracia, pero la verdad verdadera es que tienes que tener plata, no para comprar un carro y un apartamento y una piscina y una casa, sino que tienes que tener plata, para comprar a todo al que a ti te dé la gana, para poder ser libre y democrático y ejercer tu propiedad privada. Si tienes plata, tienes una Homer y puedes atropellar a un nadador olímpico, pero si tú tienes un apartamento, un carro y una que otra guevonaita, que tienes que andar pariendo para pagarlas, entonces tú no tienes propiedad privada un coño, tú lo que eres es un rolitranco de endeudao, que con cualquier enfermedad o un accidente se te esfuma esa ilusión de propietario. La propiedad privada existe siempre y cuando tengas plata y poder para ejercerla, la propiedad privada no existe para los pendejos, yo compro un apartamento, entonces ando maldiciendo a Chávez, porque me quiere quitar mi propiedad privada, pero resulta que yo tengo una hipoteca en primer grado a favor del banco y si yo no tengo HCM la casa es lo primero que yo pierdo, para curarme cuando estoy enfermo y la clínica me exprime hasta el último centavo aun teniendo seguro.

Si personas como nosotros minamos el socialismo, solamente seríamos una plaga, una peste, que contaminaría todo, por eso es que no podemos habitar el socialismo, mas si debemos soñar, luchar y morir alegremente, porque un día eso sea realidad y la especie supere el sacrificio, como condición de vida. Estamos obligados a diseñar ese mundo social. Nunca habrá algo más emocionante que pensar lo que no existe y más aun hacerlo realidad. No perseguir más el sueño o la utopía, amasarlo entre todos, porque el sueño no está en ninguna parte, ni lo trae ningún animal mítico, sea alado, terrestre, o el Cayapo, ni los héroes, súper arrechos y sacrificados, sino en el cuerpo colectivo, que decida pensarlo y amarlo, desde su concepción, hasta verlo caminar, en el cuerpo de todos; como una cotidianidad.

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